Conocer y entender el mundo de las emociones es acercarnos más al reconocimiento del funcionamiento emocional que tenemos en nuestro propio ser. Es la fuente de conocimiento sobre nosotros mismos y una manera de descubrir las herramientas necesarias para el cambio que nos conducirá al equilibrio interno y a una mejor adaptación al medio.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Las emociones y la espiritualidad


Las emociones son energías que tienen una clara manifestación en el cuerpo físico. Las emociones son reacciones a cosas que ustedes realmente no entienden. Consideren lo que sucede cuando ustedes se ven superados por un ataque de rabia. Por ejemplo, alguien hiere sus sentimientos inesperadamente, y ustedes sienten que se ponen coléricos. Ustedes pueden sentir esto en su cuerpo muy claramente: en determinados lugares ustedes sienten que la energía se pone tensa. Esta tensión física o rigidez, que sigue al sobresalto energético, muestra que hay algo que ustedes no entienden. Hay una energía viniendo a través de ustedes que sienten que es injustificada. El sentimiento de ser tratado injustamente, en breve la incomprensión, se descarga a través de la emoción. La emoción es la expresión de la incomprensión, es una explosión energética y una liberación.
Cuando esto sucede, ustedes se enfrentan con la siguiente elección: ¿qué voy a hacer con esta emoción? ¿Voy a basar mi comportamiento actual en esto? ¿Voy a usar esto como combustible para mis reacciones hacia los demás o voy a dejar que la emoción sea, y baso mis acciones en algo más?

Las emociones son esencialmente estallidos de incomprensión que ustedes claramente pueden percibir en el cuerpo. Los sentimientos, por otro lado, son de una naturaleza diferente, y son percibidos también de manera diferente. Los sentimientos son más calmos que las emociones. Ellos son los susurros del alma, que los alcanzan a ustedes a través de suaves codazos, una sabiduría interior o una acción intuitiva súbita que más tarde parece haber sido muy acertada.
Las emociones siempre tienen algo muy intenso y dramático en ellas. Consideren los ataques de ansiedad, de pánico, de rabia o la tristeza profunda. Las emociones se agarran de ustedes completamente y los alejan de su centro espiritual. En el momento en que están sumamente emocionados, están llenos de una clase de energía que los separa de su centro, de su claridad interior. En este sentido, las emociones son como nubes suspendidas delante del sol.
Con esto, yo no quiero decir nada en contra de las emociones. Las emociones no deberían reprimirse; son muy valiosas como un medio para llegar a conocerse más íntimamente. Pero yo quiero expresar cuál es la naturaleza de la energía emocional: es un estallido de incomprensión. Las emociones esencialmente los llevan fuera de su centro.
Los sentimientos, por otro lado, los llevan a ustedes profundamente dentro de ustedes mismos, hacia su centro. Los sentimientos están estrechamente asociados con lo que ustedes llaman intuición. Los sentimientos expresan un entendimiento más elevado, una clase de entendimiento que trasciende tanto a las emociones como a la mente.
Los sentimientos se originan en un reino no físico, fuera del cuerpo. Es por esto que ellos no están tan claramente localizados en un lugar del cuerpo físico. Consideren lo que sucede cuando ustedes sienten algo, una atmósfera o un estado de ánimo, o cuando ustedes tienen presentimientos acerca de una situación. Entonces hay una especie de sabiduría en ustedes, que parece venir desde afuera, y que no es una reacción de ustedes a algo externo. Ustedes lo toman desde el exterior, y viene ‘de la nada’ (‘como llovido’ como ustedes tan bellamente lo dicen). En tales momentos ustedes pueden sentir que algo se abre en el chacra del corazón.
Hay muchos momentos en los cuales tal sabiduría interior viene a ustedes. Por ejemplo, pueden ‘saber’ algo acerca de alguien sin haber hablado mucho con él o ella. Pueden sentir algo acerca de ustedes dos, que más tarde jugará un rol importante en su relación, pero lo cual no es fácil de expresar en palabras – ‘simplemente un sentimiento’ – y ciertamente no fácilmente comprendido por la mente. (Estos son los momentos en los que su mente se pone escéptica, diciéndoles que ustedes están inventando cosas o que se están volviendo locos).
Quisiera mencionar otra energía que tiene más una naturaleza de ‘sentimiento’ que una emocional. Es la alegría. La alegría puede ser un fenómeno que trasciende lo emocional. A veces ustedes pueden sentir una clase de alegría interior que los eleva, sin una razón particular. Ustedes sienten la divinidad dentro de ustedes, y su conexión íntima con todo lo que existe. Tal sentimiento puede llegar a ustedes cuando menos lo esperan. Es como si algo Superior los tocara o como si ustedes tocaran una realidad Superior. Los sentimientos no son evocados tan fácilmente y parecen llegar a ustedes ‘como llovidos’.
Las emociones casi siempre tienen una causa inmediata clara: un gatillo en el mundo exterior ‘que presiona sus botones’.
Los sentimientos se originan en la dimensión de su Ser Superior. Ustedes necesitan estar serenos por dentro para atrapar esos susurros en su corazón. Las emociones pueden perturbar este silencio interior y paz. Por lo tanto, es vital llegar a estar calmos emocionalmente y sanar y liberar las emociones reprimidas. Solamente desde sus sentimientos, los cuales los conectan con su alma, ustedes pueden tomar decisiones equilibradas.
Estando en silencio y tranquilos, ustedes pueden sentir con todo su ser qué es lo correcto para ustedes en un determinado momento. Tomar decisiones basadas en la emoción es tomar decisiones desde una posición no centrada. Ustedes primero necesitan liberar las emociones y entrar en contacto con su núcleo interno, donde hay claridad.
Ahora quiero ir a la pregunta de cómo pueden ustedes tratar mejor sus emociones.
He dicho que “los sentimientos son sus maestros y las emociones son su niños”. Los paralelos entre ‘ser emocional’ y ‘ser como un niño’ son sorprendentes. Su ‘niño interior’ es el asiento de sus emociones. También hay una semejanza sorprendente entre el modo en que tratan a sus propias emociones y el modo en que tratan a los niños (reales).
Un niño es honesto y espontáneo es sus emociones, y él no las esconde o reprime hasta que los adultos lo estimulan a hacerlo. El hecho de que los niños espontáneamente expresen sus emociones no significa, sin embargo, que el niño experimente sus emociones de un modo equilibrado. Todos saben que un niño puede ser arrebatado por sus emociones (rabia, temor o tristeza) y con frecuencia es incapaz de frenarlo. En tal situación, el niño puede casi anegarse en sus emociones y eso lo desequilibra, lo deja fuera de su centro.
Una de las razones de esta emotividad ilimitada, es que el niño ha dejado recientemente un mundo en el cual difícilmente hay algún límite. En las dimensiones etéreas o astrales, no había tales restricciones y limitaciones como las hay en el reino físico, dentro del cuerpo físico. Las emociones del niño son a menudo ‘reacciones de incomprensión’ a esta realidad física. Por lo tanto, el niño cuando madura necesita ayuda y apoyo en tratar con sus emociones. Esto es parte del proceso de la ‘encarnación equilibrada’ en la tierra.

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