Conocer y entender el mundo de las emociones es acercarnos más al reconocimiento del funcionamiento emocional que tenemos en nuestro propio ser. Es la fuente de conocimiento sobre nosotros mismos y una manera de descubrir las herramientas necesarias para el cambio que nos conducirá al equilibrio interno y a una mejor adaptación al medio.

jueves, 25 de agosto de 2011

5. El enfado: Rabia hacia fuera, depresión hacia dentro

El enfado es quizás la emoción más peligrosa porque puede tener efectos muy destructivos. Puede que seas un/a drama queen y llores y/o grites a todo el mundo, puede que seas del tipo frío y te pases días sin hablar con alguien por lo que te ha hecho. Puede que no te atrevas a expresar tu enfado nunca porque comprobaste una vez te acaba trayendo consecuencias todavía más negativas.  
Si perpetúas tus enfados y no los expresas debidamente irán ganando proporciones mayores y finalmente se convertirán en resentimiento. El exceso de enfado acumulado te llama la atención de que necesita ser liberado utilizando tu cuerpo. Primero te causará migrañas y malestares simples; si no les haces caso, se empezará a comer tejidos y puede incluso desembocar en un cáncer en situaciones extremas. Si no expresas tu enfado de forma reiterada y, por el contrario, te lo tragas y lo vuelcas hacia dentro, se convertirá en una depresión existencial sin motivo aparente y puede que también se manifieste en tu cuerpo en las partes que tienen que ver con la expresión como por ejemplo la garganta. La intensidad también puede ir en aumento (desde una simple afonía hasta un cáncer de laringe) y consecuentemente no abordar tus emociones tan pronto las sientes es poner tu bienestar físico en peligro. Es importante que expreses como te sientes y tus necesidades en todo momento.
Ahora bien, es importante que aprendas a hacerlo de una manera respetuosa contigo mism@ y con los demás. Si trabajas tu autoestima, aprenderás a entender a tu cuerpo, a hablar por ti y a decir las cosas en su justo momento con firmeza pero con tono amable. Si todavía no es el caso y el desastre ya está causado y no te ves con ánimo de hablar con la persona implicada en un tono adulto y de respeto, mejor no lo hagas. Hay otras técnicas que funcionarán para ti y te garantizan la cordialidad en la relación.

EJERCICIO: LA CARTA DE RABIA
Puedes escribir una carta de rabia expresándole a la persona con quién estás enfadada como te sientes. Dile de todo, en el tono en que te apetece decírselo (puedes utilizar calificativos despectivos si te apetece, ya que esta información no le llegará). Date al menos veinte minutos para escribir sin parar. Luego lee esa carta frente a un espejo o un amigo que quiera ayudarte. Habla como si realmente tuvieras delante la persona con quién estás enfadado y dile todo lo que necesitas sacar. Y si te apetece llorar o gritar, hazlo. Cuando termines, destruye la carta. Deja pasar unos días y escribe otra carta. Puede que el tono sea ya más suave, o no. Exprésate, deja que tu enfado salga, y no dejes tampoco de comunicarle a esa persona como te sientes a causa de su comportamiento.
Quizás dentro de un tiempo puedas plantearte escribir una carta de perdón, pero haz siempre lo que sientas y guárdalo para ti. No compartas nada de esto con la persona implicada, aunque estate abiert@, porqué puede que notes cierta mejora en la relación, si todavía mantienes el contacto. O que la Vida te regale una oportunidad de dialogo por sorpresa con esa persona para que puedas sanar la relación.. Escribe tantas cartas como sea necesario, dejando días de por medio hasta que sientas que la hostilidad que sentías hacia esa persona ha disminuido y puedes plantearte una relación diferente.
Puedes hacer también este ejercicio con personas que ya han fallecido. No te plantees si tiene sentido o no, te dará equilibrio a nivel energético que de momento es lo único que necesitas. Si, mientras escribes cartas, descubres que estás enfadad@ con otras personas y que tu enfado actual sólo es un reflejo de esa situación, dedica también algunas cartas a esas personas. Deja que surja todo tu dolor, es como una masa energética acumulada en tu cuerpo y necesitas hacer espacio para emociones nuevas y más positivas.

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